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He hundido mis torpes dedos
en la fría arcilla de la luz,
y estos han parido,
con el dolor acre de las cínicas hienas,
fecundos vientres oníricos
preñados de oscuros sueños imposibles.
en la fría arcilla de la luz,
y estos han parido,
con el dolor acre de las cínicas hienas,
fecundos vientres oníricos
preñados de oscuros sueños imposibles.
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